Estados Unidos ha llevado a cabo homicidios ilegítimos en Pakistán mediante ataques con aviones no tripulados (“drones”), algunos de los cuales podrían constituir crímenes de guerra, tal y como lo recoge Amnistía Internacional en su informe “’Will I be next?’ US drone strikes in Pakistan”http://bit.ly/HdCl9x, que documenta homicidios recientes en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, y la casi total ausencia de transparencia en torno al programa de “drones” estadounidense.
La organización ha llevado a cabo una investigación detallada sobre el terreno respecto a nueve de los 45 ataques con aviones no tripulados de los que se ha tenido noticia y que han sido lanzados en Waziristán Septentrional, noroeste de Pakistán entre enero de 2012 y agosto de 2013. El informe documenta homicidios que hacen temer seriamente que se hayan cometido violaciones del derecho internacional que puedan constituir crímenes de guerra o ejecuciones extrajudiciales.
La promesa estadounidense de aumentar la transparencia en torno a los ataques con aviones no tripulados, subrayada por un gran discurso sobre política pronunciado por el presidente Barack Obama en mayo de 2013, aún no se ha hecho realidad, y Estados Unidos sigue negándose a divulgar incluso la información más básica tanto jurídica como sobre los hechos acontecidos.
Este secreto ha permitido a Estados Unidos actuar impunemente e impedir que las víctimas reciban justicia o indemnización. Según la información de que dispone Amnistía Internacional, ninguna autoridad ni agente estadounidense ha rendido cuentas por los homicidios ilegítimos perpetrados con “drones” en Pakistán.
Estados Unidos sigue utilizando su doctrina de “guerra global” para tratar de justificar una guerra sin fronteras contra Al Qaeda, los talibanes o aquellos a los que considera aliados de estos.
Los grupos vinculados a Al Qaeda han matado a decenas de residentes locales a los que acusaban de ser espías a causa de los ataques con “drones” estadounidenses. Los residentes de Mir Ali dijeron a Amnistía Internacional que es habitual ver cadáveres arrojados a un lado de la calle con mensajes que advierten de que todos los acusados de espiar para Estados Unidos correrán la misma suerte.
Los residentes dijeron también a Amnistía Internacional que el temor a represalias les impedía denunciar ante las autoridades locales los abusos cometidos por los grupos armados. Muchos residentes tenían también miedo de hablar a Amnistía Internacional sobre los ataques de “drones”. Algunos de los que hablaron abiertamente recibieron después amenazas.
Rafeequl Rehman, hijo de una víctimas de ataques con "drones", sujeta la fotografía de su madre, su tumba y también sus hijos que fueron heridos durante los mismos ataques. © AI
Aunque el gobierno de Pakistán afirma que se opone al programa de “drones” estadounidense, Amnistía Internacional teme que algunas autoridades e instituciones de Pakistán y otros países, como Australia, Alemania o Reino Unido, puedan ayudar a Estados Unidos a lanzar ataques con “drones” que constituyan violaciones de derechos humanos.
Las autoridades paquistaníes tienen un pésimo historial respecto a hacer que miembros de Al Qaeda, talibanes y otros autores de abusos contra los derechos humanos cometidos en la región comparezcan ante la justicia en juicios justos y sin recurrir a la pena de muerte.
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