(Pienso, hablando legalmente, que hay una razón muy sólida para enjuiciar a todo presidente norteamericano desde la segunda guerra mundial. Todos han sido francos criminales o han estado involucrados en serios crímenes de guerra.) Chomsky

Wednesday, January 22, 2014

Ucrania, entre Rusia y Occidente

Ucrania, entre Rusia y Occidente | Miradas de Internacional



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Las protestas han tomado las calles de Ucrania durante las últimas semanas. / Sasha Maksymenko (Flickr)




La nueva normativa ucraniana aprobada de urgencia sobre manifestaciones, que establece no sólo multas sino también penas privativas de libertad para los manifestantes, ha vuelto a sacar a las calles de Kíev a cien mil ciudadanos este domingo 19 de enero para protestar contra lo que consideran un estado policial y la creación de un aparato de partido paralelo al poder, en una demostración que evoca el espíritu de la esperanzadora pero malograda Revolución Naranja. Pero ¿cómo se entienden estas multitudinarias protestas?

Ucrania, la tierra más fértil de Europa

El nombre de Ucrania proviene del término krajina, que en eslavo puede tener dos significados: “frontera” o “país”. En ucraniano moderno Kраїна /Kraína/ significa “país” y muchos ucranianos también explican de un modo más castizo, que al añadirse la “u” inicial a Ukraïna significa: país “en la frontera” o “al borde” de Rusia. Hay que señalar que el pueblo ucraniano es un pueblo orgulloso que no puede olvidar su grandeza como capital del Gran Rus de Kíev que aglutinaba a ucranianos, rusos, bielorusos, polacos, lituanos, letones, eslovacos e incluso escandinavos. Pero hoy, el país busca su identidad propia e independiente y lo hace de muy diversas formas, a través de la historia cosaca por ejemplo (como muestran el escudo y las numerosas esculturas dedicadas a cosacos en el país), pero esa identidad se busca especialmente con el musical idioma ucraniano. La lengua, como siempre, recobra un valor esencial en el joven país y en la escuela es en el primer lugar donde comienzan las tensiones entre los pro-rusos y los pro-europeos cuando los padres de niños ruso hablantes braman porque en el colegio sólo se enseña el ucraniano y se veta el ruso, un hecho que en España puede resultar familiar.

La economía ucraniana ha sido un ejemplo típico de economía post-soviet, de crecimiento exponencial. Ejemplo de ello fue que el mercado de acción ucraniano creció 10 veces entre 2000 y 2006. Sin embargo, el sueldo nominal promedio en Ucrania a comienzos de 2007 superaba a duras penas los 200 euros por mes, mientras el país importa la mayoría de las fuentes de energía y, en gran medida, depende de Rusia como surtidor. Así, mientras que el 25 % del gas natural en Ucrania procede de fuentes internas, cerca del 35 % procede de Rusia y el 40 % restante, de Asia Central a través de rutas de tránsito controladas por Rusia. Simultáneamente, el 85 % del gas ruso se entrega a Europa occidental a través de la puerta de Ucrania.

Ucrania produce prácticamente todos los tipos de vehículos de transporte: automóviles, autobuses, carros de combate, buques, aeroplanos, trenes de metro y de ferrocarril, e incluso naves espaciales y satélites. En años recientes, la alta producción tecnológica de última generación se ha convertido en norma. Como la mayoría de las industrias han experimentado una modernización significativa, los vehículos ucranianos se han hecho económicamente más competitivos. Los aviones de la compañía Antonov y los carros de combate Kraz se exportan a muchos países. Además, no hay que olvidar que Ucrania ha sido base de los mayores arsenales de la antigua Unión Soviética, lo que generó un lucrativo negocio de mercado negro de armas tras 1991. Por otro lado, el sector inmobiliario aumentó aproximadamente un 50% a partir de 2007, y el país ha sufrido una burbuja inmobiliaria similar a la del sur de Europa en muchas de sus grandes ciudades, especialmente en Kiev, donde la vivienda ha sido un bien gratuito durante 70 años.

En 2012 Ucrania ha sido sede de la Eurocopa y el Gobierno ha realizado una importante inversión para mejorar las infraestructuras del transporte con la creación de nuevas autovías hacia las principales ciudades del país, lo que revierte en potencialidad de negocio e inversión en el sector del transporte en un país donde las carreteras no son buenas y el transporte público terrestre es muy deficiente y obsoleto, ya que no hay alternativas cómodas y seguras al tren en distancias largas. No obstante, el transporte en Ucrania conserva un aire romántico merced al cual viajar en tren evoca un preciosista retroceso a los años 50, con sus uniformadas azafatas coronadas de ushankas estilo soviet, sus recibimientos con hilo musical de banda de música en la estación y sus viejos pero cuidados vagones, todavía de madera en su interior. Bien le valdría la pena al país no perder un regalo tal para los sentidos tanto en invierno, cuando se congela el Mar Negro, como en primavera, cuando florecen los mares de trigo. O al menos, conservar para el turismo vías como Kiev-Odesa-Sebastopol.

Ucrania ha sido desde 2005 el país europeo con mayores índices de crecimiento y uno de los países del mundo que más rápidamente avanza hacia el progreso, entre otros factores, por contar con la tierra más fértil de Europa (las chernozem, tierras negras), por la gran capacidad de generar recursos económicos de que dispone el país, por el muy elevado nivel cultural de los ucranianos, y por constituir un pueblo de una resiliencia a toda prueba forjada por una historia de holodomores y pogromos de la que ha sabido salir con fortaleza. No obstante, es un país de profundos contrastes que arrastra una lacra política desde 1991 que cristalizó en la revolución naranja y que podría abocar muy fácilmente al país a un enfrentamiento civil.

Evolución política desde 2004

En las elecciones presidenciales de primera vuelta que se celebraron el 31 de octubre de 2004, se llevó a cabo una alianza pro-occidental entre el Bloque Nuestra Ucrania de Víctor Yushchenko y el Bloque Batkivshchina de Yulia Timoshenko, aliados contra el bloque pro-ruso del candidato Víktor Yanukóvich del Partido de las Regiones. El resultado de primera vuelta dio la victoria a Yushchenko con el 39,87% sobre Yanukóvich con el 39,32% pese a las irregularidades presentadas y los actos de corrupción.

Para la segunda vuelta realizada el 21 de noviembre de 2004, el pro-ocidental Yushchenko recibió el apoyo del Partido Socialista y Yanukóvich el apoyo del Partido Comunista, pero esta segunda vuelta fue calificada como un inmenso fraude por los organismos internacionales debido a las innumerables irregularidades y actos de corrupción. El 23 de noviembre de 2004 los partidarios de Yushchenko salieron a la calle a protestar en lo que se llamó la Revolución Naranja. En la Maidan Nezalezhnosti(Plaza de la Independencia) de Kiev había 500.000 protestantes y las protestas se extendieron rápidamente a otras ciudades colapsando el país.

En diciembre de 2004 se reunieron Yushchenko y Yanukóvich para pactar unos nuevos comicios a la Presidencia de la República que serían el día 26, invalidándose los anteriores comicios del 21 de noviembre. Las nuevas elecciones presidenciales, ya calificadas como limpias y transparentes, dieron la victoria a Yushchenko con el 52% de los votos sobre un 44% de Yanukóvich. En 2005 Yúshchenko despidió de su gobierno a varios funcionarios del gabinete de la Presidencia de la República, entre ellos a su aliada, la pro-occidental Timoshenko, por acusaciones de fraude en sus gestiones.

Posteriormente llegaron las elecciones al parlamento del 26 marzo de 2006, año en que se produce la ruptura definitiva entre los partidos aliados que llevaron a cabo la Revolución Naranja, y se formó gobierno tras un acuerdo entre los dos partidos rivales, Nuestra Ucrania y el Partido de las Regiones. Este acuerdo se plasmó en una declaración de unidad nacional en la que se manifestó ambos bloques que eran pro-reforma y pro-occidente. Pero ello no representó una convergencia sino que fue una fuente de conflictos, porque aunque Yanukovich aceptó el pacto, siempre ha actuado como representante de la población rusófila generalmente muy orgullosa de la antigua gloria soviética.

En la actualidad existen tres principales partidos políticos, pero ninguno con la suficiente fuerza para tener la mayoría. El que suele tener mayor representación parlamentaria suele ser el Partido de las Regiones liderado por Yanukovych. El segundo partido es el bloque de Yuliya Timoshenko, Primera Ministra entre 2007 y 2010 (y encarcelada posteriormente según sus defensores para no hacer sombra a Yanukovich y Yushchenko), y el tercero el partido anti ruso Nuestra Ucrania, constituido por alianzas entre partidos pequeños y cuyo líder, todavía con las señales del envenenamiento por dioxina en su rostro, es Yushchenko. Toda la política Ucraniana desde la revolución naranja de 2004 ha girado en torno a Yanukovich, Yushchenko y Yuliya Timoshenko, que se han ido turnando en la presidencia y el gobierno.

La sociedad ucraniana presenta un grado muy alto de polarización en torno a lo pro-ruso y lo pro-occidental, que a su vez tiene una localización geográfica y una preferencia en la utilización del idioma ruso o ucraniano. La parte del este que limita con Rusia y el sur, que incluye Crimea y Odesa, apoyan y defienden la alianza con Rusia. Las partes norte y oeste, especialmente Lviv, se definen pro-occidentales y esperan que Ucrania forme parte de la OTAN y de la UE. Así, la población se divide claramente entre pro-rusa o pro-europea. Añadido a esta tensión, los ciudadanos no confían en las Instituciones públicas ni en la clase política, y el nivel de corrupción en la administración es muy alto. Los sobornos a funcionarios suelen ser necesarios en casi cualquier gestión civil ciudadana y a este panorama hay que sumarle bajos salarios, inflación y una inestable situación política. No obstante, se trata de un pueblo fuerte, culto y orgulloso, cuya motivación para construir el país hace posible que superen año tras año una coyuntura tan desfavorable.

Ucrania, un país entre Rusia y Europa

Los pro-occidentales, representados por la ex-Primer Ministro Timoshenko y el ex-Presidente Viktor Yushchenko, siempre han considerado la ampliación de la permanencia de la base rusa de Sebastopol hasta el 2042 una traición a la patria. Pero la crispación política se desató tras la decisión del gobierno ucraniano de interrumpir los preparativos de la firma de un acuerdo de asociación y libre comercio con la UE.  Se trataba de un convenio que tenía previsto firmarse en la reciente Cumbre de Vilna y que preveía la integración de Ucrania, Moldavia, Georgia y Ucrania según los acuerdos de la cumbre de Praga del 2009. La negativa de Yanukovich al acuerdo estuvo motivada, según su Primer Ministro Nikolai Azarov, por motivos económicos. Pero la verdad es que Azarov llamó limosna a los 1.000 millones de euros que la UE ofrecía a Ucrania en un plazo de siete años, y de inaceptables algunas condiciones de la UE como la liberación de la ex-Primer Ministra Yuliya Timoshenko o la reforma de la ley electoral. Tras la negativa de Yanukovich, Yuliya Timoshenko inicia en abril de 2012 una huelga de hambre desde su celda generándose un calco del clima de la Revolución Naranja del 2004.

Tras este fallido intento de la adhesión de Ucrania al tratado de Libre Comercio con la UE, subyace la grave situación económica del Gobierno de Yanukóvich por la necesidad urgente de actualizar el tejido productivo ucraniano a los estándares técnicos europeos, una actualización estimada por el BM y el FMI en 160.000 millones de dólares. Sin embargo, dicha actualización es imposible tras el fallido intento de lograr del FMI un préstamo de 830 millones de $ necesarios para lograr la transición de la economía ucraniana antes de su incorporación a la UE. Un crédito que tendría como requisitos la congelación de salarios y pensiones y la subida del precio del gas, medidas impopulares en un país con una deuda cercana a los 136.000 millones de dólares, un importante estancamiento, la falta de garantías plenas para una posible integración como miembro de pleno derecho de la UE y el actual rechazo de la opinión pública europea a dicha integración.

La puntilla final a la crisis ucraniana proviene del suministro de las fuentes de energía. El proyecto del gasoducto Nabucco West, proyectado por EEUU para transportar gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría (y evitar el chantaje energético ruso) fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream. El South Stream se presentó en 2007 como la alternativa rusa al Nabucco que recorre Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia, y que tras la crisis ucraniana del gas de 2006, garantiza el suministro de gas ruso a la UE evitando el paso por Ucrania.

Posteriormente, la administración ruso-germana ideó el proyecto Nord Stream que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico por un período de 50 años. Dicha ruta es vital para el suministro energético de los países nórdicos y Alemania. Por tal motivo, se ha declarado de interés comunitario por el Parlamento Europeo y objetivo geoestratégico para Rusia, porque cierra la pinza energética rusa por el Báltico y el Cáucaso, descartando a Ucrania como territorio de paso energético. Rusia ha conseguido así su doble objetivo de asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas, el South Stream y el Nord Stream (lo que invalida la tesis de Hillary Clinton que afirmaba que Rusia quería estrangular la economía europea) y se garantiza el suministro ininterrumpido de gas ruso a los países de la UE evitando el paso por Ucrania, cuando antes pasaba por Ucrania el 80% del total del gas que la UE importaba de Rusia. Con esta situación, mientras antes Ucrania era una novia deseada por todos, ahora es despreciada por todos. Más le hubiera valido a Ucrania ser un oblast autónomo de Rusia, si este es el caro precio de ser el puente entre Oriente y Occidente.

 
Posted: 21 Jan 2014 02:31 AM PST


EU Council 600x448 La puesta a punto de la Europa post crisisUnión en construcción. Foto de mayo de 2013 de las obras de ampliación del edificio del Consejo Europeo en Bruselas. Foto: Wikipedia


Coautor: Salvador Llaudes*

Tras un año repleto de momentos clave en el continente, la Unión Europea vuelve a recuperar la actividad con un balance ambiguo: por una parte, vemos algunos signos de estancamiento; por otro, tímidos signos de vitalidad asoman.

¿Podemos considerar el recién abandonado año 2013 un punto de inflexión en la configuración de la Europa post-crisis? La ola de noticias sobre la recuperación económica del continente parece sucederse de una manera más fluida en los últimos meses, y el escenario de una posible ruptura del euro (¿Grexit?), ya no está en la agenda, lo que contribuye al contagio informativo que sin duda es indispensable para la construcción de percepciones.

En este sentido, una de las noticias más importantes de 2013 es que éste ha sido el año en que se ha visto que es posible salir de los rescates europeoscon Irlanda y España poniendo fin al mecanismo de ayuda financiera. No es momento, sin embargo, de pecar de un optimismo ingenuo, ya que habrá que ver si la actual coyuntura es capaz de evitar que 2014 sea el año del recate a Eslovenia, del segundo rescate a Portugal y de un hipotético tercer rescate a Grecia.

Asimismo, el año pasado se dejó el terreno abonado para la culminación de trascendentes procesos que se completarán en los próximos meses, como la unión bancaria, el gran proyecto de integración reciente que, quizá por su carga técnica, ha pasado desapercibido para la opinión pública. Estamos ante una de las grandes cesiones de soberanía en la historia comunitaria y un paso clave para el refuerzo de un sistema financiero europeo más sólido y menos voluble.

Otro destacado esfuerzo de la Unión que ha resultado desapercibido durante el año pasado ha sido el esfuerzo realizado por acabar con uno de los clichés más extendidos: una Unión ineficaz y burocrática. A estos efectos, la Comisión presentó una propuesta para fomentar más procesos electrónicos y mayor participación directa, un paso más para consolidarse como una de las instituciones más eficientes y transparentes, al contrario de lo que muchos piensan.

Una creciente desafección ciudadana

Es cierto que las circunstancias que la UE ha vivido en el último lustro han sumido a sus ciudadanos en una especie de complejo de inferioridad y pesimismo general ante unas instituciones que no han sabido reivindicar su papel en esta crisis. Se trata de la primera gran crisis que vive una generación de europeos acostumbrados a la prosperidad, que habían crecido con la promesa de que les esperaba un futuro brillante, pero también ha sido el año en que nos han recordado desde fuera, nada menos que desde Ucrania, de la importancia de mantener lo erigido hasta el momento.

El desempleo es, sin duda alguna, el mayor reto a corto plazo para la UE. La Eurozona se encuentra en niveles récord, con una tasa del 12,1%. Liderando esa clasificación tenemos a Grecia y España, con un 27,4% y un 26,7% respectivamente. Las diferencias entre países como Alemania o España en términos de desempleo ponen de manifiesto la distinta falta de oportunidades entre los países comunitarios. Así, una mayor integración de los mercados laborales comunitarios, profundizando en la estrategia Europa 2020, resulta imprescindible a efectos de corregir las desigualdades entre los distintos Estados miembros.

No podemos olvidar que como se viene anunciando desde hace un tiempo a esta parte, en 2014 tendremos elecciones al Parlamento Europeo, unas elecciones que serán decisivas para el futuro comunitario. Estas elecciones se plantean distintas por varios motivos, entre los que se encuentran la asunción de más competencias por parte de la única institución comunitaria elegida directamente mediante sufragio universal, o la elección indirecta del Presidente de la Comisión y por ello, la posible politización de esta institución.

Pero como decía Torreblanca, “Without informed public opinion, Europe cannot exist”. El cambio en las instituciones no es suficiente. Lamentablemente, en diciembre del año pasado nos encontramos con la noticia de que uno de los escasísimos medios de comunicación paneuropeos (con euronews, quizás el más importante), Presseurop, se ha visto obligado a paralizar –al menos por el momento- su actividad. Sin duda, esto debilita los cimientos para la creación de un demos europeo, un paso previo necesario para la eventual creación de una verdadera unión política, que no olvidemos es apoyada mayoritariamente por los ciudadanos españoles.

Así pues, de cómo se enfoque este 2014 dependerá en gran medida el futuro (no sólo a corto plazo) de la más integrada organización internacional que existe, la Unión Europea.

* Salvador Llaudes es ayudante de Investigación en el Real Instituto Elcano y co-fundador de la página web WithTheVoices. Licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales por la Escuela Diplomática. Ha trabajado en el Centre for European Policy Studies (en Bruselas), y en el Gabinete de la Secretaría de Estado para la Unión Europea (Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación). Salvador Llaudes y Vicente Rodrigo son unos de los creadores del proyecto CC/ Europa.

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