Guantánamo, la promesa incumplida
Una década después de los atentados del 11-S, 171 presos siguen encarcelados en la base estadounidense en Cuba que Obama prometió cerrar. El campo Rayos X ya está vacío pero los prisioneros siguen sin saber si algún día podrán salir
La ONU critica la promesa incumplida de Obama sobre cerrar Guantánamo
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos criticó que aún existan presos detenidos en Guantánamo "de forma arbitraria"
(CNNMéxico) — La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas criticó que el presidente estadounidense, Barack Obama, no ha cumplido con su promesa electoral de cerrar la prisión de Guantánamo, donde han ocurrido “serias violaciones a los derechos humanos, incluida la tortura”.
“Ya son 10 años desde que el gobierno estadounidense abrió la prisión de Guantánamo, y ya han pasado tres años desde el 22 de enero de 2009, cuando el presidente (Barack Obama) ordenó su cierre en un plazo de 12 meses. Pero la instalación continúa existiendo e individuos permanecen detenidos de forma arbitraria”, afirmó la comisionada Navi Pillay, mediante un comunicado de prensa.
Esto representa, según Pillay, “una clara violación del derecho internacional”, y pidió que se investiguen posibles violaciones cometidas en la prisión.
El presidente George W. Bush abrió la prisión en 2001, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y tras la invasión estadounidense en Afganistán.
Pillay también criticó la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), aprobada por Estados Unidos en diciembre, que permite detener sin cargos o un juicio a una persona por tiempo indefinido.
“Esta pieza de legislación contraviene los principios más fundamentales de la justicia y los derechos humanos, los referentes al derecho de un juicio justo, y al derecho a no ser detenido de forma arbitraria”, sostuvo Pillay.
Tras su apertura en 2001, la población de Guantánamo creció rápidamente hasta alcanzar el siguiente año un máximo de 680 personas. Aunque muchos de los detenidos fueron liberados o transferidos a terceros países, al menos 171 prisioneros permanecen en la actualidad en el centro de detención. De ellos, 46 individuos son considerados demasiado peligrosos como para ser liberados, pero demasiado difíciles de enjuiciar, ya sea en un tribunal civil o militar.
Otros 89 han sido eximidos de toda sospecha para su liberación por parte de varias agencias federales, pero permanecen en el limbo.
La comisionada Pillay urgió al gobierno estadounidense que mientras Guantánamo permanezca abierto, se asegure que las condiciones de la detención se ajusten a los estándares de derechos humanos bajo la ley internacional.
Además, se mostró preocupada por la negativa del gobierno a que observadores de derechos humanos entren a la prisión para observar las condiciones de detención.
No se trata de la primera vez que la ONU reclama a Estados Unidos el fin de la prisión. Ya en 2006, expertos en Derechos Humanos recomendaron el cierre inmediato tras denunciar prácticas como la alimentación forzada y actos de tortura contra los detenidos, por lo que el entonces Secretario General, Kofi Annan, pidió el cierre inmediato del lugar.
Un año después, su predecesor, Ban Ki-Moon, durante el quinto aniversario de la apertura de la cárcel, pidió al presidente George W. Bush el cierre del centro.
En 2009 Ban aplaudió la decisión del presidente Barack Obama de iniciar el proceso de cierre del centro, el cual hasta la fecha no se ha completado, debido a la oposición política en Washington.
Obama exploró la opción de juzgar a más terroristas en tribunales federales, al no poder cumplir con su promesa de cerrar Guantánamo, pero se enfrentó a una tormenta política.
Un plan dado a conocer en 2009 para juzgar a uno de los presuntos involucrados en los ataques del 11 de septiembre de 2001 en una corte federal en Nueva York fue desechado tras quejas por su costo y la seguridad.
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