De hecho, Francia cuando favorece a sus intereses apoya a los fundamentalistas y cuando no, en nombre de la lucha contra el terrorismo y al-Qaeda, se ocupará de esos grupos. al-Qaeda se ha convertido para el Occidente en una contraseña bélica.
La intervención militar de Francia en Malí, país situado en el oeste de África, tiene amplias dimensiones y consecuencias. No pasó muchos días del ataque aéreo de fuerzas de combates francesas a las posiciones oponentes del Gobierno de Malí, después de que grupos armados argelinos tomaran como rehenes a más de cien de ciudadanos de diferentes nacionalidades, entre ellos decenas pertenecían a países occidentales. El lugar del secuestro era un complejo gasístico, situado en la localidad argelina de In Amenas, en pleno desierto del Sáhara. El campo de gas sitiado, que está cerca de la frontera de Argelia con Libia, es operado conjuntamente por la argelina SONATRACH, la británica BP y la noruega STATOIL. BP. El Ejército argelino inmediatamente asedio las instalaciones del campo de gas. Finalmente después algunos días de conflictos que se saldaron con muchos muertos y heridos, entre secuestradores y rehenes, acabó este masivo secuestro sangriento. Los secuestradores presentaron diferentes peticiones, pero la más importante fue parar el ataque militar de Francia a Malí. El Gobierno galo antes de la intervención militar en Malí intentó ampliamente que Argelia le acompañara en su medida intervencionista, pero el Gobierno de Argelia, preocupado por una posible extensión de la crisis de Malí a su territorio, prefirió no sumarse a la propuesta francesa. Finalmente, el Gobierno argelino dio su consentimiento a una no obvia y limitada cooperación con Francia. Argelia, al norte de Malí, con 1.400 kilómetros de frontera común, es la gran vecina de este país. Aviones de combate franceses Mirage y Rafale atravesaron el cielo argelino para atacar a la oposición del Gobierno de Malí.
Malí, el 22 de septiembre de 1960 después de estar muchos años bajo la colonización de Francia, logró su independencia. Pero, después de que Mali fuera declarado un país soberano, el Gobierno de París continúa su presencia en el escenario político y económico de este país y todavía tiene muchos intereses, como los recursos ricos de Malí, especialmente las minas subterráneas de uranio.
Malí hace un año está enfrentado con una profunda crisis política. Los grupos oponentes del Gobierno de Malí han controlado algunas partes del norte de este país. El gobierno de Francia para apoyar al gobierno maliense contra los grupos opositores, hace algunos meses se esforzó en preparar el terreno para la intervención militar de los soldados de los países africanos vecinos de Malí y amigos de Francia. París al principio intentó africanizar la guerra en Malí bajo su gestión, pero los gobiernos del oeste de África por miedo a las consecuencias de la agitación de Malí se negaron a asociarse con el Gobierno francés. Entonces, Francia apoyó al Gobierno de Malí bajo el pretexto de enfrentar el terrorismo en una acción militar unilateral y sin la autorización del Consejo de Seguridad.
Se pueden entender las raíces de las recientes medidas de Francia al examinar los hechos históricos. En el año 1904, las fuerzas francesas invadieron 1, 8 kilómetros cuadrados de Malí. El sueño de Francia era aprovecharse de las fuentes minerales de Malí y de otros países africanos al sur del Mediterráneo. Francia estaba compitiendo con Gran Bretaña en la explotación de los ricos recursos africanos. Las colonias africanas de Francia en el oeste del continente negro fueron Benín, Burkina Faso, Guinea, Malí, Mauritania, Níger y Senegal, en la capital de este último, Daca, sentó sus bases del bloque de países afro-franceses. Francia jamás quiso que dar una independencia real a los países africanos, es decir sus excolonias. La decisión del presidente francés, François Hollande, para intervenir en Malí demuestra que es un paso en el camino de militarismo planteado por el expresidente de Francia Nicolás Sarkozy. Sarkozy al final del periodo de su mandato preparó las intervenciones militares de las fuerzas francesas en Libia.
La reciente intervención militar en Malí contraviene todas las convenciones internacionales y tendrá y perseguirá consecuencias muy peligrosas para el pueblo francés, maliense y de los países vecinos de Malí. En Francia, la gente se ha opuesto mucho a esta medida gubernamental. Es digno de mencionar, en este terreno, las declaraciones de ex primer ministro francés, Dominique de Villepine. El expremier galo, en un artículo, consideró al plan de ataque militar a Mali como una decisión equivocada. De Villepin, en su nota publicada en el semanario Le Journal du Dimanche, al comparar el ataque de las fuerzas militares de Francia a Malí con la década de guerra fracasada en Afganistán, Irak y Libia y escribió: “París no ha podido tomar las lecciones de la historia”. Él, en su nota, considera que el belicismo es como un virus que de los nuevos conservadores norteamericanos han contagiado a Francia. Además, expone su preocupación por el espíritu de belicismo y atolondrado de las autoridades francesas para iniciar la guerra. El ex primer ministro de Francia enfatizó: “Cerramos los ojos y, sin una causa específica para la guerra, salimos a luchar”.
Un semanario, en un artículo, al estudiar la reacción del fundador del partido utraderecha Frente Nacional, Jean Mari Le Pen, sobre la intervención militar de Francia en Malí, escribe: “Nosotros en el periodo presidencial de Sarkozy y con el apoyo del partido socialista apoyamos a los rebeldes de Libia aun en la dimensión militar. Este caso ha sido como un bumerang que ha vuelto a nosotros pues ahora estamos enfrentando a los opositores del gobierno con armas mientras que antes habíamos enviado paraguas a los oponentes de Libia. También ocurre lo mismo con el caso de Siria. Estamos apoyando la victoria de los yihadistas en Siria y luchamos contra los yihadistas en Malí. Cuando les cuestionamos al respecto nos dicen que estos son hombres islamistas moderados y cuando ellos nos disparan les decimos yihadistas. El único problema es el tiempo, si ambos son lo mismo. Asimismo, en referencia a la soledad de Francia en la intervención militar de Mali dijo: “Nosotros probablemente estaremos solos en esta medida, ya que si esperamos la ayuda de la Unión Europea o de los aliados africanos, perderemos el tiempo que las condiciones se aclaren”.Esa es la declaración explícita de una de las figuras francesas políticas más destacadas; de hecho, Francia donde favorece sus intereses apoya a los fundamentalistas y donde no, en nombre de la lucha contra el terrorismo y al-Qaeda se ocupará de esos grupos. Alqaeda se ha convertido para Occidente en una contraseña bélica.
George Bush, expresidente de EE.UU. también inició las guerras de Irak y Afganistán con esta misma contraseña. Barak Obama mientras que parece haber acabado con estas dos guerras o va las va a acabar, de hecho ha provocado una guerra amplia y secreta con esta misma contraseña en algunos países del mundo, desde el norte de África hasta el sur de Asia. Ahora, esta misma contraseña es la que está causando una nueva guerra en África que según el primer ministro británico, David Cameron, podría durar decenas de años. Tanto Francia como Estados Unidos han iniciado su intervención militar unilateralmente.
La mayoría de los países europeos han anunciado oficialmente su apoyo a Francia en las operaciones de ataque a Malí, pero este apoyo tiene un aspecto más político y los socios de Francia solo se inclinan por poner en el peligro la vida de sus soldados. Mientras que el Reino Unido había participado en la medida militar contra Gadafi en Libia, hoy ha cambiado su método y ha decidido no participar directamente en las operaciones militares en Malí y solo ha apoyado la operación de Francia en asuntos logísticos. En esta misma relación, los países del sur de Europa, especialmente España e Italia, que tienen las posibilidades considerables en cuanto a ejércitos, solo anunciaron su apoyo a nivel diplomático y técnico las operaciones bélicas de Francia en Malí. Los otros países europeos tampoco no parece que quieren apoyar militar e influyentemente a Francia. Lo que sí es evidente que Francia no disfruta del pleno apoyo de la UE y solo ha recibido un respaldo aparente. Ni siquiera los pocos países vecinos de Malí y aliados de Francia están dispuestos enviar soldados a Malí. El conjunto de estos países ha prometido enviar más de 5 mil soldados, pero los soldados africanos que han entrado en Mali e menor al prometido. Ha acabado la era de intervenciones militares bajo la cubierta de luchar contra el terrorismo y si alguno se ha quedado sin saber esto, Francios Hollande más que nadie lo ha repetido. Uno de los lemas de Hollande durante la campaña electoral para las presidenciales de Francia, el año pasado año, fue la salida de los soldados galos de Afganistán. Nicolás Sarkozy consideró necesario la presencia de los soldados franceses en el suelo afgano para luchar contra el terrorismo y abastecer la seguridad de los ciudadanos franceses. La intervención militar de Francia en Malí causará que se extienda la inseguridad y la guerra en este país y, al contrario de la afirmación del gobierno de Francia, esta guerra no solo puede destruir a la oposición del gobierno de Malí, sino que, al contrario, dará más motivos para acciones violentas, incluida la toma de rehenes, para obligar la salida de los soldados franceses del territorio maliense.nl 81
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