OCCIDENTE NO HA CAMBIADO DESDE EL SIGLO XV SU AFÁN DE DOMINIO, OCUPACIÓN Y EXPOLIO DEL TERCER MUNDO
UNA VOZ HERMANA QUE ME HACE COMPAÑÍA.
En una reciente entrevista, la poetisa y pintora Etel Adnan, nacida en Beirut en 1925, hija de padre sirio musulmán y madre griega, cristiana ortodoxa, reflexiona sobre las religiones, la cultura y la violencia.
Su opinión acerca de los acontecimientos que vive el planeta, donde EEUU y Europa continuan aplicando su política exterminadora, invadiendo, bombardeando, expoliando y masacrando a las poblaciones de decenas de países del tercer mundo, despliega una conclusión obvia.
Nada ha cambiado en Occidente, desde 1492, respecto de su convicción de superioridad absoluta sobre el resto de la humanidad.
Adnan afirma que el mundo occidental sigue siendo un imperio dominante; que el hecho de que ese adjetivo sirva aún para definirlo, significa que está tan seguro de sí mismo, tan convencido de su papel “salvador”, que parece para él no existen otros mundos.
Occidente aplica su presunta”superioridad” como una apisonadora, que le da derecho a interferir en esos otros orbes más débiles, sin siquiera imaginar que esa injerencia altera, enerva y empobrece al invasor y al invadido.
Occidente menosprecia a esos otros mundos como el árabe, el africano, el americano, el asiático… Su actitud no difiere en absoluto de la del padre que considera que “los niños necesitan protección y disciplina”.
Pero curiosamente, aplica esa paternidad “protectora” en aquellos países que tienen recursos naturales como petróleo, gas, oro, diamantes, minerales raros, madera, café, té, caucho y así sucesivamente.
Occidente quiere esas riquezas y las obtiene a un precio muy barato, pero humanamente muy caro, porque genera miles de muertes.
Para ello, el mundo occidental sigue jugando con los gobiernos de esas naciones, manejando en beneficio propio las pocas revueltas populares que se han producido.
Etel lamenta que Occidente nunca haya deseado entender, asimilar y comprender ciertas culturas, como la árabe u otra cualquiera, porque su horizonte ha sido la guerra.
Occidente nunca quiso la paz. Los conflictos económicos y bélicos han oscurecido por completo la riquísima complejidad cultural de Oriente Medio.
Sabias reflexiones las de Etel Adnan.
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