Ahora es el Kremlin quien considera "inadmisible" el uso de la fuerza. Después de que grupos prorrusos declarasen ayer la independencia de la región de Donetsk, incautasen armas y ocupasen edificios administrativos en otras tres ciudades del este de Ucrania, el Gobierno de Kiev denunció la existencia de un plan para justificar una invasión rusa en el corazón industrial ucraniano. Moscú respondió instando a "respetar las aspiraciones" de los "manifestantes"; también lanzó una advertencia: el uso de la fuerza para contener las protestas secesionistas será "inadmisible".
Para el Gobierno de Kiev, la toma de edificios estatales en la cuna industrial del país y la declaración de independencia en Donetsk, la segunda ciudad de Ucrania, es una réplica de los acontecimientos vividos en la península de Crimea, que Moscú se anexionó después de que sus tropas la ocuparan el pasado mes. Por ello, acusó a Rusia de orquestar el "desorden separatista" vivido en las últimas horas en el este, en particular en las ciudades de Donetsk, Jarkiv y Luhansk, donde sobre los edificios oficiales ondea ya una bandera rusa. Washington respalda estas acusaciones. La Casa Blanca advirtió a Moscú a que si emprende acciones en la zona, sea de forma "abierta" o "encubierta", supondría una "escalada muy grave" en la crisis.
El presidente interino de Ucrania, Oleksander Turchinov, anunció ayer en un discurso televisado a la nación que se desplegarán "medidas antiterroristas" contra los que han tomado las armas en el este. Se refería a los activistas separatistas que mantienen ocupada desde el domingo la sede del Gobierno regional y han proclamado la independencia de la República de Donetsk. Tras el asalto, los activistas prorrusos crearon el Consejo Popular de Donbass (región de Donetsk), supuestamente formado por cargos electos, en el que se proclamó la independencia de la República Popular de Donetsk y se aprobó la celebración de un referéndum de adhesión a Rusia antes del 11 de mayo. Además, y se pidió a Rusia el envío de una fuerza militar de paz.
Las autoridades, por su parte, piden a los prorrusos que dialoguen y que depongan las armas "de inmediato" para evitar un derramamiento de sangre. Este mismo lunes los medios ucranianos informaron de que los asaltantes atrincherados en la sede del Gobierno regional de Donetsk cuentan con lanzagranadas y ametralladoras.
Moscú advierte sobre el uso de la fuerza
Mientras, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, instó a su homólogo ucraniano, Andrei Deshchitsa, a "respetar las aspiraciones" de las personas que viven en la zona sureste de Ucrania y subrayó que el uso de la fuerza para contener las manifestaciones sería "inadmisible". El ministro ruso calificó las protestas y asaltos de "peticiones legales". En este sentido, Lavrov afirmó que los manifestantes tratan de "proteger su idioma, cultura y derechos socioeconómicos". En el edificio ondea aún la bandera rusa izada durante el asalto y manifestación del domingo y activistas enmascarados custodian la azotea del inmueble armados con bates de béisbol y porras sustraídas a los policías durante los breves disturbios ocurridos durante la toma del edificio.
Los manifestantes pro-Kremlin ya controlan cinco sedes administrativas del Estado en las tres principales ciudades del Este rusoparlante ucraniano tras tomar la oficina del Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU, antiguo KGB) en Járkov y la filial del Banco Nacional en Lugansk. En Járkov, donde al menos 15 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre simpatizantes prorrusos y activistas del Euromaidán (como se conoce al movimiento popular que derrocó al presidente Víktor Yanukóvich), los manifestantes asaltaron y tomaron la sede del Gobierno regional. "Nuestro objetivo es aguantar aquí 24 horas. Para entonces, llegarán refuerzos de Donetsk y Lugansk (los bastiones prorrusos en Ucrania). Ya hemos hablado con unos y otros", dijo a sus correligionarios uno de los líderes de la protesta, Yegor Logvínov, según medios locales.
Mientras, el gobernador de Járkov designado por Kiev, Ígor Baluta, calificó de "provocación" los enfrentamientos vividos este domingo en la segunda ciudad del país. "No tengo ninguna duda de que el guión de este conflicto no se escribió ni en nuestra ciudad ni tampoco en nuestro país. Los acontecimientos en Donetsk y Lugansk no hacen más que confirmarlo", dijo Baluta en alusión a la "mano negra" de Moscú en los disturbios antigubernamentales en el este fronterizo con Rusia.
EEUU no cree "en la espontaneidad de las protestas"
El jefe de la diplomacia estadounidense, el secretario de Estado John Kerry telefoneó de nuevo ayer su homólogo ruso para pedirle que Moscú desacredite "públicamente" a los "separatistas, saboteadores y provocadores" que continúan activos en Ucrania. Para Kerry, estas acciones "no parecen ser espontáneas" y respaldó la versión de Kiev al sugerir "una campaña cuidadosamente orquestada con el apoyo ruso". En este sentido,recordó "los recientes arrestos de miembros de la Inteligencia rusa" en Ucrania.
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