Vamos a ver, si la intervención es con el fin de detener las muertes, es evidente que esto no sucederá, pues lo mas probable es que aumente en progresión geométrica la violencia y con ella las masacres del pueblo sirio, de un lado y de otro, pues pueblo es todos, chiis, sunitas, cristianos, coptos,,,
Y bien, si la intervención no va a poner fin a la matanza, con que otro fin se lleva a cabo?, que otro fin tienen en mente NUESTROS SACROSANTOS ADMINISTRADORES DE MISERIA?
Opino que por los resultados que vamos viendo de las inquietantes PRIMAVERAS ÁRABES, y sus rescoldos, los objetivos que se imponen son todos UNA ENORME GUERRA CIVIL EN ORIENTE MEDIO.
Esta Occidente, sus cabezas dominantes, EEUU y Gran Bretaña, y ahora Francia, con su adicción al GRANDEUR, administrando este nuevo estado de cosas?
Los islamistas en un pais son enemigos a batir, en otros son elementos armables para derrocar lo que en un momento, y no en otro, se convierte en un dictador (para lo son desde siempre estos gobernantes de esa parte del Globo, todos ellos armados hasta los dientes también por Occidente principalmente) sangriento que hay que eliminar. El petroleo como paisaje de fondo, y el gran negocio de la GUERRA como el espectáculo mas rentable.
Si realmente lo importante para estos mercaderes de la muerte, fuera frenar las matanzas, es constatable que ello seria posible sin mucha dilación: RUSIA, EEUU GRAN BRETAÑA, CHINA, ETC CONTROLAN EL ARMAMENTO QUE SE USA EN UN 90% EN ESTOS CONFLICTOS. Y JUNTOS PODRÍAN SENTAR A CUALQUIER MESA A LAS PARTES EN CONFLICTO.
Para ver una opinión contraria a esta y favorable, mas entusiasmada ante la idea de intervenir, leer al ínclito BERNARD HENRY LEVY, un campeón olímpico de las intervenciones militares en ORIENTE MEDIO.
Sobre el (posible) ataque estadounidense
Comunicado de los Comités de Coordinación Local del 1 de septiembre de 2013.
El pueblo sirio en ningún momento ha pedido la intervención militar en ningún país. La crueldad le obligó a levantarse y lo hizo creyendo que tenían derecho a ello. El régimen se enfrentó a él con balas, torturas y detenciones, y luchó contra él privándole de su sustento y la seguridad de sus casas. El régimen se enfrentó a los manifestantes pacíficos con tanques y armamento pesado desde el inicio de la revolución siria y no ha dejado desde entonces de desarrollar nuevas formas de violencia, crueldad y asesinato contra nuestro pueblo, hasta el punto de que las detenciones dieron paso a ejecuciones sumarias y se pasó de usar balas contra los manifestantes a utilizar aviones de guerra, misiles balísticos, artillería pesada y finalmente armas químicas. El régimen no ha cesado un solo día en su desafío al mundo apoyándose en Rusia, China e Irán, pero también en el silencio y la postergación del resto del mundo, para hacer de su continuo asesinato de sirios y destrucción de la unión de su patria y Estado una confirmación del fracaso de la Humanidad en protegerse a sí misma del despotismo.
Hoy, todo apunta a la posibilidad de que se lance un ataque militar contra el régimen, y que el golpe tendrá como objetivo la mera defensa de la línea roja, la línea del uso de las armas químicas, que el régimen ha desafiado varias veces. También parece que la mayor preocupación de Occidente en este sentido son las ecuaciones políticas internacionales y no una verdadera participación para socorrer a una población que sueña con la libertad y la dignidad y que muere a diario por ello.
El golpe efímero reformatorio contra Asad no llevará más que a un aumento de su violencia y de su confianza en que nadie le impedirá seguir matando. Un golpe rápido como este será una forma de legalizar internacionalmente el uso de todo armamento pesado, excepto las armas químicas, en poder del régimen, en caso de que verdaderamente consiga disuadirle del uso de armas químicas de nuevo. En cualquier caso, el único que pagará el precio será el pueblo sirio.
Es un momento difícil y un punto de inflexión en la historia de todos los sirios, y exige que nosotros y el mundo entero hagamos acopio de responsabilidad y sabiduría, no de dudas y egoísmo.
Es un momento difícil y un punto de inflexión en la historia de todos los sirios, y exige que nosotros y el mundo entero hagamos acopio de responsabilidad y sabiduría, no de dudas y egoísmo.
Cualquier ataque que se lance contra el régimen debe de tener por objetivo neutralizar sus capacidades aéreas y sus reservas de artillería y misiles, que utiliza contra las zonas civiles como si de armas de destrucción masiva se tratase, con gran precisión. Ese ataque debe también asumir su responsabilidad para con los civiles, y no ser a costa de ellos, y ha de ir acompañado de una continua coordinación y un necesario apoyo a la oposición siria (política y armada), que permita que esta organice y amplíe su actividad contra el despotismo salvaje, y que infunda la esperanza en un pueblo al que la desesperación y el dolor llevan cada vez más hacia el extremismo.
Es responsabilidad de todos nosotros -opositores, revolucionarios y activistas- unir filas hoy para que podamos dejar claros nuestros intereses nacionales y nuestras necesidades humanitarias, y para decir al mundo que abandonar al pueblo es abandonar a toda la Humanidad, y que la intervención en Siria ha de someterse a las necesidades de los sirios y respetar su soberanía y futuro libre y honrado.
El tiempo de la muerte se ha prolongado demasiado en Siria y nuestro pueblo espera el apoyo de todo el mundo. Esa ayuda se sigue retrasando porque la comunidad internacional observa toda esta muerte y aún le hace falta más tiempo para pensar antes de ofrecer la medicina a los heridos por las armas químicas de Asad. Si esto sigue así, no le será difícil quedarse mirando mientras sigue la masacre. Pero a pesar de ello, llenos de esperanza decimos que la Humanidad aún no ha sido destruida y que debe despertarse hoy, o mañana. La prueba de ello es nuestro pueblo.
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