(Pienso, hablando legalmente, que hay una razón muy sólida para enjuiciar a todo presidente norteamericano desde la segunda guerra mundial. Todos han sido francos criminales o han estado involucrados en serios crímenes de guerra.) Chomsky

Saturday, January 19, 2013

Nuevo reparto de influencia en África

Nuevo reparto de influencia en África: La Voz de Rusia


A juzgar por la prensa, los militares franceses despliegan una exitosa operación antiterrorista en Malí.

Los islamistas fueron expulsados el jueves de la ciudad de Kona. Los militares reportan que el enemigo sufrió pérdidas de consideración. Con el trasfondo de partes tan optimistas, queda en segundo plano lo que hacen fuerzas armadas extranjeras en un país soberano. 
En tanto, París decidió lo de la operación militar en Malí sin el visto bueno correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando lo vino a recibir, hacía ya días que los franceses atacaban desde el aire a los extremistas y su retaguardia. Leonid Gueveling, subdirector del Instituto de Países de Asia y de África comentaba que resulta difícil poner fin a las relaciones entre la metrópolis y sus colonias: 
–Francia, después de que sus colonias de África proclamaran la independencia, ha mantenido con ellas sólidos lazos. La cultura francesa echó raíces profundas en esos países. Ello se reflejó, obviamente, en la situación política y militar. Fuerzas francesas de reacción rápida se han mantenido en una serie de países africanos y, han influido patentemente en su política interna. 
París, junto con otorgar la soberanía a las colonias africanas, se quedó allí, en la forma de funcionarios y del servicio de Inteligencia, los que han sido y son educados en establecimientos de enseñanza superior de Francia. El país galo está siempre dispuesto a ayudar a los “suyos”, indica Borís Dolgov, experto del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias: 
–Francia se inmiscuyó activamente en el conflicto interno en Costa de Marfil. París respaldó entonces al actual presidente Laurent Gbagbo en su lucha contra el rival que había triunfado en las elecciones. Pero, esos resultados fueron más tarde cuestionados. Las unidades especiales francesas derrocaron en los hechos al presidente anterior, y pusieron en el poder al mencionado Laurent Gbagbo, quien de paso está casado con una ciudadana francesa. Aquella fue una muestra de intromisión directa. 
En Chad, los franceses salvaron el régimen de Idriss Deby, en Libia, derrocaron a Gadafi. Sin embargo, Francia irritó a más no poder a los tuaregs, al provocar en los hechos la invasión de Occidente en Libia, y participar de la manera más entusiasta en su intervención. Y ahora tiene que pagar las consecuencias de aquello, señala Evgueni Korendiasov, del Instituto de África de la Academia nacional de Ciencias: 
–La derrota implacable del régimen de Gadafi, su derrocamiento y asesinato incentivaron, indudablemente, los ánimos extremistas no solo en el Norte de África, sino también en los países del sur del Sahara. Los tuaregs, que integraban el Ejército Nacional de Libia, y que se mantuvieron fieles a su jefe, se ocultaron en el Sahara, llevando consigo una cantidad enorme de armas, de vehículos y pertrechos. Ahora, ellos constituyen la columna vertebral de los destacamentos yihadistas en Malí. 
La situación se complica debido a que, en África comenzó, al parecer, una nueva repartición de las esferas de influencia, apunta Leonid Fituni, jefe del centro de investigaciones globales y estratégicas del Instituto de África de la Academia de Ciencias: 
–Notamos en general el agravamiento de la situación política y militar en todo el continente africano. Y no sin razón. Son distintas las formas concretas y las causas de la intromisión en distintas regiones. Ahí está el ejemplo de Libia, y los ejemplos de injerencia “solapada” en aquellos países donde, propiamente, no fue necesaria la introducción de las fuerzas militares. Pero, tiene lugar la agudización de una nueva lucha por África. Todo parece indicar que, cabe esperar la intensificación de un movimiento negativo de todo el continente. Este se torna, cada vez más, objeto de rivalidad de distintos países en la redistribución de intereses globales. 
Así como se desarrolla la situación, todo indica que París no piensa renunciar a su papel en la vida de África. Hace unos días se conoció la información de la muerte, en Somalia, de dos comandos franceses cuando intentaban salvar a su agente, el que, a propósito, también murió. 
sb/rl/sn

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