(Pienso, hablando legalmente, que hay una razón muy sólida para enjuiciar a todo presidente norteamericano desde la segunda guerra mundial. Todos han sido francos criminales o han estado involucrados en serios crímenes de guerra.) Chomsky

Sunday, January 31, 2010

Afganistan siempre en mi corazon: Esta guerra es un sangriento fracaso (¿Que guerra no lo es ?)


NO A LA GUERRA guerradeafganistan.blogspot.com: La historia jamás contada de Afganistán

Según Fitzgerald y Gould, la razón principal de ese fracaso fue el debate sobre las zonas dominadas por los pastunes (Pastunistán) que fueron reclamadas por Gran Bretaña bajo el Acuerdo Durand, y que los nacionalistas afganos consideraban parte de Afganistán. Aunque estaba perdiendo ya su imperio, Londres se implicó en una lucha continuada sobre esas tierras y pueblos al crear Pakistán fuera del subcontinente indio y dividir Pastunistán en dos.

Después de la segunda guerra mundial, EEUU se trasladó a las antiguas colonias de Gran Bretaña, estableciendo pactos económicos y defensivos en su deseo de cercar a la Unión Soviética. Al igual que Gran Bretaña antes, las interacciones de Washington con Afganistán exhibieron una ignorancia del deseo histórico de no alineamiento por parte de Afganistán. Esta ignorancia se combinó con la insistencia en que cualquier expresión de ese deseo demostraba que Moscú estaba influyendo en la política de Kabul. Fitzgerald y Gould escriben que esto no se produjo por accidente. En realidad, fue el resultado lógico de una directiva de seguridad nacional de 1950 conocida como la NSC 68. Esta directiva, escrita por el ala anticomunista y militarista del establishment de la política exterior estadounidense, insistía en que la Unión Soviética trataba de establecer una hegemonía mundial y que la única vía para impedirlo era que EEUU se le adelantara. La esencia de la filosofía que motivó esa directiva era sencilla: o uno estaba del lado de Washington o uno se convertía en el enemigo. El resultado directo de esa directiva fue la creación de una economía de guerra permanente y la creación de un estado de seguridad nacional. En la práctica, eso significó en parte que las luchas por la liberación nacional y los deseos nacionales de no alineamiento se percibían como inspirados por los soviéticos y, por tanto, formando parte del campo enemigo. Además, los estadounidenses que se oponían a esas políticas de EEUU eran considerados potenciales traidores.

En el mundo musulmán, esta visión condujo a que Washington comenzara a cortejar a la derecha islámica. Una razón fundamental para esa alianza fue que la derecha islámica odiaba la filosofía marxista. Además, ciertos personajes poderosos, como William Casey de la CIA, consideraban a la derecha islámica como sus hermanos espirituales, ignorando, en el mejor de los casos, su misoginia y métodos brutales y, en el peor, endosando tácitamente esas prácticas. La alianza empezó con la ayuda subrepticia del MI5 británico y de la CIA a elementos de los primeros Hermanos Musulmanes en su lucha contra el nacionalista egipcio Abdel Nasser, y encontró su expresión final cuando se dedicaron a armar, bajo Carter y Reagan, a los grupos de muyahaidines afganos.




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Wednesday, January 20, 2010

El atentado suicida: la negación 'sí'

El atentado suicida: la negación 'sí'

Santiago Alba Rico

Texto para CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 4-01-2002

El asalto final a las cuevas de Tora Bora se ha dejado en manos de los musulmanes; los cristianos de EEUU bombardean desde el aire y su misión en tierra consiste -dice Rumsfeld- "en coordinar los ataques sin implicarse directamente en los combates". Estamos acostumbrados a explotar, utilizar e instrumentalizar el cuerpo de los otros; estamos acostumbrados a lanzar cuerpos ajenos, cargados de munición, contra nuestros enemigos. Eso es lo cristiano: no jugarse jamás el propio pellejo

Nuestro estupor ante los atentados suicidas, esa combinación de escándalo y desasosiego que nos invade ante el palestino de Hamás que se desbarata en medio de la gente, ¿a qué se debe? ¿Dónde nos toca? ¿Por qué nos perturba de esa manera? Nada puede tener que ver, desde luego, con el número de muertos que provocan ni con el hecho de que se trate tantas veces de víctimas civiles ("civil" es una categoría política, "inocente" una categoría moral; no deberíamos nunca mezclarlas; y que sumemos la "inocencia" a la "condición civil" de las víctimas, para agravar la culpa de los responsables, sólo indica hasta qué punto las categorías políticas se han vuelto en nuestros días completamente irrelevantes). No puede ser -digo- una cuestión de sensibilidad. Después de todo, nosotros somos especialistas en producir víctimas: hemos matado más y mejor, durante más tiempo, a mayor escala, con medios más sofisticados y eficaces que cualquier otra cultura de la tierra; hemos triturado, escaldado, escabechado y pulverizado a unos sesenta millones de personas en los últimos cincuenta años.

No es eso, pues, lo que nos perturba. Lo que nos perturba es más bien el uso que los "terroristas" hacen de su propio cuerpo. El gesto de utilizarlo en público, contra el público, ofende profundamente el modo en que se nos ha enseñado a tratar nuestros cuerpos y ofende también nuestro concepto antropológico de la muerte. La muerte la hemos vivido siempre como la irrupción desestabilizadora de lo individual en lo social, la ruptura privada de un consenso, el aislamiento brutal que tratamos de reasimilar mediante palabras y ceremonias socialmente convenidas. El suicidio es sólo el caso extremo. Un hombre que se mata es un hombre que deja un mensaje; cuya muerte es el borroso mensaje de una intimidad irreductible; la afirmación "no" de un hombre que se apea de todos sus compromisos -y que revela así, en un relámpago, la dimensión impolítica, ineducada, metafísica del hombre. Todo eso nos asusta, pero lo comprendemos. Lo que no podemos comprender, lo que nos escandaliza en lo más hondo es el ademán de un hombre que inscribe su propia muerte en la continuidad de la vida, que se desprecia hasta el punto de apreciar más un destino colectivo, que muere con la mirada puesta -no en su alma, no- en el mundo común del que su gesto le excluye para siempre. Es decir: lo que estamos incapacitados para aceptar -hoy más que nunca, habiendo casi perdido por completo el sentido de ambas nociones- es la relación entre la muerte y la política.

Hay que decir la verdad: los musulmanes se suicidan poco. Los musulmanes se suicidan mucho menos que los cristianos. Así lo registran las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. En Francia, donde la gente se suicida muchísimo, el índice es de 19 suicidas por cada cien mil habitantes. En Alemania, de 15; en Canadá de 13; en Estados Unidos de 12. España se mantiene en niveles "occidentales", un poco por encima de Inglaterra (8). Por contra, en Irán el porcentaje desciende a un inaprehensible 0,2, ligeramente más alto, sin embargo, que el de Egipto o Siria, donde el suicidio es casi inexistente (0,1). Los dos países musulmanes con mayor índice de suicidios, Kuwait y Bahrain, emiratos del Golfo corrompidos por el petróleo, se sitúan muy por delante de los otros, con un 2,2 y un 3 respectivamente, pero muy lejos, en cualquier caso, de nuestros registros occidentales. (Incluso los judíos de Israel se suicidan mucho más, casi tanto como los cristianos: 7 de cada 100.000).

Los musulmanes se matan también muy poco entre sí. Se matan mucho menos que los cristianos. Todos los años, por ejemplo, mueren en EEUU 30.000 personas por arma de fuego, balance superior al de un año de guerra en los Balcanes. En Suecia, país europeo con los índices más altos, el número de homicidios alcanza un 10,3 (por cada 100.000 habitantes). En Canadá, Francia, Alemania, las cifras oscilan entre un 10 y un 7. En América Latina, la zona más violenta del planeta, se elevan hasta un 30,7. ¿Y los musulmanes? Jordania, con los porcentajes más altos, apenas si supera el 1 (1,053). Marruecos, por ejemplo, registra 0,877 homicidios al año (siempre por cada 100.000 habitantes); Turquía 0,520; Iraq 0,149; Egipto 0,037; Siria 0,017. (Los judíos de Israel, por su parte, asesinan también copiosamente, al mismo nivel que los cristianos, 6,278, muy por encima, por cierto, de los buenos cristianos españoles -sólo un 2,2-, influenciados tal vez por los siete siglos de presencia islámica en la península).

¿Habrá alguna relación entre estos datos estadísticos y la inclinación, más o menos acentuada, al atentado suicida? Juguemos a musulmanes y cristianos, como los medios de comunicación, y elucubremos sobre las tendencias necrófilas internas a cada cultura.

¿Por qué se suicidan tan poco los musulmanes? Porque son muy obedientes.

¿Por qué se suicidan tanto los cristianos? Porque están desesperados.

¿Por qué no se suicidan los musulmanes? Porque se lo prohibe su religión. Se dirá que también a los cristianos se lo prohibe la suya. Se dirá quizás que los que se suicidan no son verdaderos cristianos.

Jugando a 'musulmanes' y 'cristianos'

Pero si jugamos a "musulmanes" y "cristianos" esta explicación no vale. Habrá que buscar una diferencia esencial, inscrita en el corazón teológico de ambas religiones. Veamos. Allah es un dios que se ocupa de su gente, que ha descendido del cielo para regular las relaciones entre los hombres; un dios que obliga a sus fieles, además, a cuidar esas relaciones -y a reconocerse subjetivamente en ellas. Este compromiso de Dios con la colectividad incuba en el Islam el embrión (entre otros muchos huevos virtuales, mejores o peores) de un totalitarismo social que, muy justamente, irritaba a Montesquieu. El Dios cristiano, en cambio, atrae a los hombres hacia el cielo, uno por uno, frente a frente, y de este tête-à-tête, que cubre y configura al mismo tiempo los límites de la conciencia, nace el individuo como problema: eso que Kierkegaard llamaba "angustia" (la voluntad de ser y no ser al mismo tiempo) y Hegel "conciencia desdichada". Este compromiso unilateral de Dios con cada hombre, a espaldas del mundo común y compartido, abriga la presencia (más o menos reprimida a lo largo de la historia) de un nihilismo social que, también muy justamente, indignaba a Maquiavelo. Los musulmanes -digamos- no se suicidan porque tanto su vida como su muerte atañen a todo el mundo. Que los cristianos, por su parte, se suiciden contra la prohibición del mismo Dios que los ha constituido en la angustia, determina que se suiciden tanto como los antiguos romanos, pero sin la serenidad de Petronio, Cicerón o Séneca.

Es una cuestión de lógica cultural. Los bajos índices de suicidio (y de asesinato) en el mundo musulmán son directamente proporcionales a la inclinación de los palestinos a matarse a sí mismos para matar a civiles israelíes. Y al contrario: la manía de suicidarse (y de asesinarse) de los cristianos (y judíos) es directamente proporcional a la inclinación de los estadounidenses (e israelíes) a matar niños afganos (o palestinos) sin exponer la propia vida.

¿Por qué no se suicidan los musulmanes? Porque no tienen miedo de la muerte. ¿Por qué matan matando? Porque no tienen miedo de la muerte. ¿Por qué se suicidan los cristianos? Porque tienen miedo de la muerte. ¿Por qué matan desde el aire los cristianos? Porque tienen miedo de la muerte. El cristianísimo teniente Mike -pongamos por caso- despega de Florida con su B-52, vuela a Afganistán, mata a Nourali (10 años), Janaan (8), Salamo (6), Twayir (4) y Palwasha (2) y regresa indemne a tiempo de comerse una hamburguesa y llevar a ver Bambi a su sobrina. El teniente Mike es un hombre asustado. El teniente Mike es un hombre que tiene miedo de morir. El teniente Mike es un cobarde.

(Y si algún día llega a metérsele en la conciencia, como una astilla, todo el horror de lo que ha hecho, no tratará de reparar el mundo que ha dañado: cristiano como es, se pegará un tiro en la boca para no seguir angustiado).

¿Qué es mejor, más sano, más razonable, más educado? ¿Tener miedo o no tener miedo de la muerte? Eso, me parece, ya no depende de ser cristiano o musulmán sino de tener decencia en una sociedad mínimamente decente. Es bueno tener miedo de la muerte si eso se traduce, correspondientemente, en tener miedo de matar. Es bueno no tener miedo de la muerte si eso se traduce, correspondientemente, en dar la propia vida para que vivan los demás. Lo bueno -digamos- es no tener miedo de morir y tener miedo, en cambio, de matar.

No hay mucha decencia en nuestro mundo. La paradoja de Chen-Ti, viejo filósofo chino, se ha convertido en el lema contemporáneo de la Cristiandad: "no sacrificaré ni un solo cabello de mi cabeza aunque de ello dependa la salvación del universo". El occidente cristiano está lleno de tenientes Mike, muertos de miedo, dispuestos a defender egoístamente su pellejo incluso a costa de que la ola se los lleve también a ellos por delante. "Nunca me moriré, aunque ello me cueste la vida". Es decir, los cristianos nunca nos mataríamos para matar a otros porque nunca nos mataríamos tampoco para salvar a otros.

La cultura cristiana -lo sabemos- se nutre de dos tradiciones convergentes. Una es la griega. Los héroes griegos, hasta donde yo sé, se suicidaban muy poco. Una excepción la constituye el valeroso Ayax, que combatió con Héctor en pie de igualdad y defendió de cien enemigos el cadáver de Patroclo. Como se recordará, agraviado por la concesión de las armas del difunto Aquiles a Odiseo, Ayax decide atacar a sus propios compatriotas y, cegado por Atenea, arremete espada en mano contra un rebaño de ovejas. Con la mente nublada por el divino ardid, las mata a todas, salvo a dos, a las que toma por Odiseo y Agamenón; a éstas las tortura, las despelleja y sacia su rabia, ridículamente, entre vellones de lana y balidos de dolor. Cuando recobra la lucidez y se percata de lo que ha hecho, Ayax no puede soportar la vergüenza, clava la espada en tierra y se arroja sobre su punta, quitándose de este modo la vida. Este es el modelo de "suicidio" occidental: si se ha perdido la fortuna, la casa, el honor, los hijos, ya no se tiene nada que perder. Algunas personas sensibles a los sufrimientos de los palestinos invocan de algún modo esta figura para explicar los atentados suicidas: hombres que se limitan a responder mecánicamente a una acumulación de restas restándose también a sí mismos. Pero quizás eso es no entender la dimensión positiva, "maquiavélica", profundamente política, de los kamikazes palestinos. Si el acto soberano del suicida occidental es una afirmación "no", el gesto claudicante del suicida palestino es una negación "sí".

Pero bebemos también de otra tradición: la hebrea. De entre todos los héroes de la Biblia, hay uno que hemos admirado los niños cristianos y judíos por igual, un guerrero cuyas gestas quintaesencian el amor a la patria y el espíritu de abnegación, junto al triunfo de la voluntad en la derrota: Sansón, patrono de los kamikazes (Jueces 12, 13-16). A Sansón a veces le "invade el espíritu de Dios" y entonces mata a alguien; desciende sobre él la gracia de Yahvé y todo a su alrededor se baña de sangre; hasta el punto de que es ése el eufemismo formulario que utiliza el narrador a fin de preparar -y legitimar- cada nueva matanza. "Le invadió el espíritu de Dios" y ya sabemos que después hay que ponerse a contar las muertos. El catálogo de las hazañas de Sansón es ejemplar: asesina a treinta filisteos para despojarles de sus vestimentas y poder pagar así una deuda; caza y prende fuego a 300 zorras para devastar la viñas y los olivos de sus enemigos; con una quijada fresca, siempre "poseído por el espíritu de Dios", mata a mil más. Cuando es finalmente capturado y cegado (tras el episodio de la peluquera Dalila), es llevado a la gran fiesta en palacio y atado entre dos columnas. "La casa estaba llena de hombres y mujeres. Estaban dentro todos los tiranos de los filisteos y, en el terrado, unos tres mil hombres y mujeres contemplando los juegos de Sansón". Sansón entonces invoca a Dios ("Señor Yahvé, dígnate acordarte de mí, hazme fuerte nada más que esta vez, oh Dios, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos") y derriba las columnas gritando: "¡Muera yo con los filisteos!". La casa, como se recordará, se derrumba sobre la gente allí reunida, matando a todo el mundo. Esta otra tradición, que es también nuestra, que es sobre todo judía, que los sionistas citaron tantas veces en su particular guerra de "liberación", ¿no debería permitirnos entender mejor al suicida de Hamás?

Si uno ha perdido la fortuna, la casa, el honor, los hijos, ya no tiene nada que perder. Si a uno le han matado a los hijos, le han robado la fortuna y le han volado la casa, aún se tiene algo que ganar; lo dice el relato de Sansón: "los muertos que mató al morir fueron más que los que había matado en su vida". Su muerte fue, pues, su mejor arma. Un musulmán debe aceptar todo el sufrimiento que le venga de Allah; pero Allah le obliga a no aceptar los sufrimientos injustos que le vengan de los hombres. En condiciones de desigualdad de fuerzas, ¿qué se puede hacer? Es una cuestión de medios. Si a uno le han privado de su casa, de su agua, de su tierra y de sus hijos, si no tiene ni misiles ni ejércitos, aún le queda... su cuerpo. No es difícil de entender. ¿Acaso no es éste el principio de la huelga? Locke decía que el cuerpo era "la medida de toda propiedad privada", la última propiedad del que ha sido despojado de todo lo demás; y Marx nos recordaba que, aquél que ya es sólo dueño de su pellejo, no tiene más remedio que llevarlo a que se lo tundan al mercado. El huelguista desesperado retira su cuerpo de la relación injusta que lo nutre, exponiéndose a morir de hambre, para transformar las relaciones de producción, para intervenir en las condiciones sociales de su supervivencia. La huelga es un suicidio militante, un suicidio volcado sobre el mundo, una negación que dice "sí" al futuro del hombre y de las cosas. Eso es lo que pasa con el kamikaze: el cuerpo no es aquí, una vez que se ha perdido todo, el último obstáculo a remover, el resto del que hay que deshacerse. Es un instrumento, un arma, una herramienta positiva de intervención en el mundo. Los kamikazes, al retirarse violentamente de él, se siguen ocupando del mundo. Por eso en realidad los islamistas de Hamás no consideran "suicidio" el atentado del kamikaze. Esta es su interpretación. Dios prohibe en El Corán dañar el propio cuerpo pero obliga a ayudar a la propia sociedad. Prohibe el alcohol, el ascetismo y el suicidio y prescribe la limosna, la hisba y la justicia social. Los kamikazes palestinos son fedayin o shuhadá, hombres abnegados y generosos que no quieren simplemente matarse, que no quieren librarse de ninguna angustia interior, que no combaten ninguna "conciencia desdichada": quieren cambiar las cosas de las que ya no gozarán, liberar para sus hijos la tierra que ya no pisarán. Se trata, pues, de hombres altruistas que utilizan la única arma que poseen para ayudar -o al menos eso creen- a la gente que aman. Y por eso Dios, que se ocupa de su gente, les recompensa con el paraíso.

El asalto final a las cuevas de Tora Bora se ha dejado en manos de los musulmanes; los cristianos de EEUU bombardean desde el aire y su misión en tierra consiste -dice Rumsfeld- "en coordinar los ataques sin implicarse directamente en los combates". Estamos acostumbrados a explotar, utilizar e instrumentalizar el cuerpo de los otros; estamos acostumbrados a lanzar cuerpos ajenos, cargados de munición, contra nuestros enemigos. Eso es lo cristiano: no jugarse jamás el propio pellejo. Y eso es lo que resulta perturbador y escandaloso a los ojos de estos cristianos que consideran su propio cuerpo un fin en sí mismo, una mercancía sagrada, aislada, autosuficiente, que no se puede relativizar: que los musulmanes lo traten como un medio, como un instrumento, como un procedimiento de intervención. Pero que les den otros medios (B-52, bombas de racimo, misiles) y veremos si no se vuelven, a su vez, cristianos.

Porque, en efecto, lo de "musulmanes" y "cristianos" es sólo una broma de mal gusto. Los pobres se suicidan poco y matan con su cuerpo. Los ricos se suicidan más y matan con sus misiles teledirigidos. Es todo una cuestión de medios y condiciones. Ya hemos visto en los últimos cincuenta años a los judíos comportarse como arios. En sus mismas condiciones, ¿los cristianos no se comportarían como musulmanes? Pongamos a prueba la "guerra de civilizaciones" con un experimento académico: dejemos -por ejemplo- la cristianísima ciudad de Chicago sin luz ni agua ni alimentos, bombardeemos sus hospitales y sus estaciones de televisión veinticuatro horas al día, cortemos las piernas a sus niños y violemos a sus mujeres durante sólo diez años -tampoco hay que exagerar- y sentémonos a esperar qué pasa... Es así, me parece, como Ayax se convierte en Sansón. No conozco un procedimiento más eficaz -ni propaganda ni proselitismo ni buenos ejemplos- para que los hombres cambien rápidamente de religión. Quitadles todo menos sus cuerpos y aguardad.


Wednesday, January 13, 2010

el pueblo Mapuche ante las elecciones






Gane
quien gane la elección el próximo domingo,



PIERDE EL
PUEBLO!!


 


A
NUESTRA MILITANCIA


A
NUESTROS ALIADOS, AMIG@S Y COMPAÑER@S


A LOS
PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES.


 


           
El próximo domingo la ciudadanía debe “elegir” entre dos candidaturas que
prometen básicamente lo mismo. Ambas son parte del gran proyecto neoliberal
asociado al capitalismo transnacional, que ha depredado nuestros territorios y
profundizado la brecha entre el millón de privilegiados del sistema, y los
catorce millones de chilenos que viven de su trabajo.


           
Ambas candidaturas representan la continuidad del modelo económico y la
preservación de la institucionalidad que le da soporte. Un sistema político que
ha reducido a los ciudadanos a meros consumidores, que se caracteriza por la
tupida red de relaciones financieras, comerciales, sociales y familiares
establecidas por la “clase política”.


           
Si bien ambas candidaturas están comprometidas en lo esencial: mantener
un orden social que no ponga en peligro  las inversiones y las
utilidades de las grandes empresas, no son lo mismo. Tras la sonrisa de Piñera
están agazapados los elementos mas reaccionarios de la oligarquía nacional, los
que con Pinochet ya probaron el gusto a la matanza y la tortura. Aquellos que
piensan que “a los rotos” hay que mantenerlos “cortito” y que el problema
mapuche se resuelve “pacificando” la Araucanía.


           
De imponerse esta candidatura, se agudizan los rasgos mas brutales del
modelo: la depredación de los territorios, la precariedad laboral, la cesantía,
la explotación… y la represión.


           
De ser Frei el elegido; tendremos 4 años mas de hipocresía
Concertacionista, de nepotismo, trafico de influencias, corrupción,
partitocracia, montajes y asesinatos de jóvenes mapuche y trabajadores.


           
A pesar de las serviles declaraciones de un sector de la izquierda senil
–que se integro con 3 diputados a uno de los bloques del binominal- ninguna de
las candidaturas representa los intereses esenciales de las y los trabajadores
ni de los pueblos. El gran triunfo de las clases dominantes, es que vaciaron de
contenido democrático el rito electoral. Hoy se vota PERO NO SE
ELIGE.


           
En este escenario el Movimiento por las Asambleas del Pueblo (MAP)
reafirma su política de RECHAZO al circo electoral. Es contrario al interés y a
la dignidad de los pueblos legitimar con nuestro voto el recambio de operadores
políticos, cuyo único norte es continuar apropiándose de los ingresos de los
trabajadores y asegurar SU gobernabilidad. Aunque no lo dicen, un cambio de
administración… demostraría la solidez del sistema y sería la prueba palpable de
su despliegue hegemónico.


           
Por tanto llamamos, a anular el voto, a no votar, a marcar por la
Asamblea Popular Constituyente o pedir en este por la libertad de los presos
políticos mapuche y chilenos. Lo importante es no validar un proceso viciado
desde sus inicios y prepararse para las luchas que vienen.


 


DIRECCION
NACIONAL

MOVIMIENTO POR LAS
ASAMBLEAS DEL PUEBLO

Israel es un Estado fallido

Después de la ultima masacre sobre Gaza, la imagen de Israel en el mundo se ha visto dañada, la visión que se tiene de su "causa", es cada día mas duramente cuestionada. La opinión publica mundial, a pesar del ejercicio poderoso por parte del lobby judío por influir en la visión del problema de Oriente Medio, la opinión de que Israel ejerce una crueldad absolutamente condenable sobre el Pueblo Palestino, que la actitud genocida que tiene con Cisjordani y Gaza con la expropiacion de tierras y la expansión de asentamientos, contraviniendo todas las directrices de la ONU, infringiendo los mas básicos derechos de un pueblo a su tierra, sometiendo a poblaciones enteras a un aislamiento cuya imagen plagia la de los campos de concentración, campos sangrientos que hoy por hoy, las antiguas victimas, el Estado de Israel levanta por todo el territorio palestino, todo ello hace cada día mas odiosa y abominable la política sionista que con el beneplácito de sus mentores, Inglaterra y los USA, no tiene limites en su proceso de esquilmacion, destruccion y masacre sobre el cada vez mas desposeído pueblo palestino.Si hay algun Estado Fallido digno de este nombre, este es sin duda alguna el insaciable ESTADO DE ISRAEL

Saturday, January 09, 2010

CONFERENCIA MUNDIAL DE LOS PUEBLOS SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra | Indymedia Bolivia
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra
Enviado por Indy La Paz el Vie, 08/01/2010 - 11:38.
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra
Cochabamba, Bolivia 20 al 22 de Abril 2010
Considerando que el cambio climático representa una real amenaza para la existencia de la humanidad, de los seres vivos y de nuestra Madre Tierra como hoy la conocemos;

Constatando el grave peligro que existe para islas, zonas costeras, glaciares del Himalaya, los Andes y las montañas del mundo, los polos de la Tierra, regiones calurosas como el África, fuentes de agua, poblaciones afectadas por desastres naturales crecientes, plantas y animales, y ecosistemas en general;

Evidenciando que los mas afectados por el cambio climático serán las más pobres del planeta que verán destruidos sus hogares, sus fuentes de sobrevivencia y serán obligados a migrar y buscar refugio; Confirmando que el 75% de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero se originaron en los países irracionalmente industrializados del norte;

Constatando que el cambio climático es producto del sistema capitalista;

Lamentando el fracaso de la Conferencia de Copenhague por responsabilidad de los países llamados “desarrollados” que no quieren reconocer la deuda climática que tienen con los países en vías de desarrollo, las futuras generaciones y la Madre Tierra;

Afirmando que para garantizar el pleno cumplimiento de los derechos humanos en el siglo XXI es necesario reconocer y respetar los derechos de la Madre Tierra;

Reafirmando la necesidad de luchar por la justicia climática;

Reconociendo la necesidad de asumir acciones urgentes para evitar mayores daños y sufrimientos a la humanidad, la Madre Tierra y restablecer la armonía con la naturaleza;

Seguros de que los pueblos del mundo, guiados por los principios de solidaridad, justicia y respeto por la vida, serán capaces de salvar a la humanidad y a la Madre Tierra; y

Celebrando el día Internacional de la Madre Tierra,

El gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia convoca a los pueblos y movimientos sociales y defensores de la madre tierra del mundo, e invita a los científicos, académicos, juristas y gobiernos que quieren trabajar con sus pueblos a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra a realizarse del 20 al 22 de abril del 2010 en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.

La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra tiene por objetivos:

1) Analizar las causas estructurales y sistémicas que provocan el cambio climático y proponer medidas de fondo que posibiliten el bienestar de toda la humanidad en armonía con la naturaleza.

2) Discutir y acordar el proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra.

3) Acordar las propuestas de nuevos compromisos para el Protocolo de Kioto, y para proyectos de Decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que guiarán el accionar de los gobiernos comprometidos con la vida en las negociaciones de cambio climático y en todos los escenarios de Naciones Unidas, respecto a:

a) deuda climática,
b) migrantes-refugiados del cambio climático,
c) reducción de emisiones,
d) adaptación,
e) transferencia de tecnología,
f) financiamiento,
g) bosques y cambio climático,
h) visión compartida,
i) pueblos indígenas, y
j) otros

4) Trabajar en la organización del Referéndum Mundial de los Pueblos sobre el cambio climático.

5) Analizar y trazar un plan de acción para avanzar en la constitución de un Tribunal de Justicia Climática;

6) Definir las estrategias de acción y movilización en defensa de la vida frente al Cambio Climático y por los Derechos de la Madre Tierra.

Bolivia, 5 de enero, 2010



Evo Morales Ayma
Presidente del
Estado Plurinacional de Bolivia




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