(Pienso, hablando legalmente, que hay una razón muy sólida para enjuiciar a todo presidente norteamericano desde la segunda guerra mundial. Todos han sido francos criminales o han estado involucrados en serios crímenes de guerra.) Chomsky

Wednesday, March 11, 2015

Guantánamo:

Guantánamo: Amnistía Internacional Pamplona - Derechos Humanos






Guantánamo. Foto bajo licencia Creative Commons. Derechos: Truthout.org


 En el contexto de “la lucha contra el terror” la pasada administración estadounidense puso en marcha medidas que afectaban gravemente a derechos humanos fundamentales que se creían ya instalados permanentemente en comportamiento de los gobiernos democráticos occidentales. Lo más preocupante es que este impulso restrictivo venía de uno de los países más poderosos y arrastró a otros en el mal ejemplo. En aras a la seguridad, la libertad y el Derecho Internacional se convirtieron en obstáculos que se saltaron por encima, cometiéndose ilegalidades inaceptables.
La prisión de Guantánamo es uno de estos capítulos inacabados ejemplo de lo que nunca debió existir y camino a desandar iniciado por el nuevo presidente Barack Obama. El cuándo y como es también importante pues la creación de un problema es más fácil que su solución cuando esta implica también a otros países. Se trata también de la justicia vulnerada y de muchas personas cuya vida ya no será la misma después de pasar por Guantánamo.
El mundo tampoco será el mismo. Este episodio se ha instalado en su historia más triste, pero también ha mostrado la fuerza que puede tener la voluntad de miles de personas y organizaciones unidas en defensa de la dignidad humana.

¿Qué es Guantánamo?
La base militar de Guantánamo se encuentra instalada en la bahía del mismo nombre a 64 kilómetros de Santiago de Cuba y 920 de la Habana. Tiene una superficie de 117 kilómetros cuadrados cincuenta de ellos en tierra firme y el resto agua y terrenos pantanosos. La base cuenta con un contingente de numerosos infantes de marina que disponen de modernas instalaciones, un puerto y un aeropuerto con un intenso tráfico entre la isla y EE.UU.
Su origen data de la guerra de España con EE.UU. a finales del siglo XIX. La antigua metrópoli fue derrotada y en primer presidente cubano Tomás Estrada otorgó a Washington la concesión perpetua de la base impuesta dos años antes por la enmienda Platt por el congreso de Estados Unidos.

En los últimos años del siglo XX Guantánamo ha servido para la reclusión de refugiados haitianos y balseros cubanos interceptados en alta mar hacinados en lo más inhóspito de la base, pero su triste notoriedad comienza en 2.002 cuando Estados Unidos establece allí tres campos de detención, para confinar a detenidos por supuestas vinculaciones con Al-Qaeda y los talibanes. La peculiar situación legal de la base al tratarse de un territorio de soberanía cubana alquilado a la isla fue elegida a posta. El gobierno estadounidense argumenta así que los detenidos están fuera de su jurisdicción y por tanto no les protegen sus leyes y derechos. La calificación de combatientes enemigos ilegales trata de burlar los Convenios de Ginebra, piedra angular del Derecho Internacional Humanitario, firmados por EE.UU., para limitar la barbarie de la guerra. Pero a pesar de esta artimaña los detenidos tienen sus derechos avalados por el IV Convenio de Ginebra.

El nuevo Gulag del siglo XXI
Durante los siete años de existencia han pasado por Guantánamo unos 800 detenidos, la gran mayoría sin cargos, de 44 países diferentes, entre ellos dos españoles y un apátrida. Durante el tiempo de detención cerca del 80% a estado en régimen de aislamiento Al menos 12 tenían menos de 18 años cuando los detuvieron. Se tienen informes al menos de cuatro personas que se han suicidado y de decenas de intentos más a consecuencia del trato al que son sometidos.
El 11 de enero de 2.002 llegaron a Guantánamo los primeros prisioneros que fueron incrementándose en años posteriores. Tan sólo el 5% fueron capturados por fuerzas estadounidenses, la gran mayoría fueron entregados a su custodia por fuerzas pakistaníes o de la Alianza del Norte con base en Afganistán a menudo por una recompensa de miles de dólares. Adel Hamad, ciudadano sudanés que vivía en Pakistán fue sacado de su casa una noche de julio de 2.002 a punta de pistola por agentes estadounidenses y paquistaníes. Haber trabajado en un hospital en Afganistán lo convirtió en sospechoso de tener vínculos con organizaciones terroristas.
Los detenidos, la mayoría sin pruebas de delito, fueron puestos bajo custodia en más de diez países en centros de detención clandestinos gestionados por la CIA donde pasaron largos periodos de tiempo, sufriendo torturas y malos tratos hasta su traslado a Guantánamo. Adel Hamad tras su detención pasó meses recluido en Pakistán hasta ser entregado a la custodia de EE.UU. que lo trasladó a Bagram, una instalación secreta en la base del mismo nombre cerca de Kabul conocida como la “prisión oscura” porque los detenidos permanecen en la oscuridad sometidos a música a gran volumen 24 horas al día. Finalmente fue internado en Guantánamo hasta su liberación en 2.007.
Guantánamo es también la parte fundamental del la red de entregas ilegales que ha implicado los vuelos secretos de la CIA con la utilización de aviones alquilados por empresas pantalla y compañías legítimas para el traslado de los detenidos. Uno de los aviones utilizados un Gulfstream V que utilizaba distintas matrículas realizó más de 50 viajes a Guantánamo, lo que le valió en sobrenombre de “el expreso de la bahía de Guantánamo”.
Al llegar lejos de acabar la pesadilla continuó. Detenidos clandestinamente sin cargos ni juicio, aislados del mundo lejos de sus familias que tardaron tiempo en saber el destino de sus hijos desaparecidos fueron sometidos a un trato cruel inhumano y degradante
Según las autoridades estadounidenses Guantánamo es “un centro moderno con las instalaciones más avanzadas”. La realidad es muy diferente. Excepto un pequeño grupo de internados la mayoría permanecen encerrados 22 y 24 horas al día en celdas individuales de acero sin ventanas al exterior. Son vigilados en todo momento por los guardias, incluso cuando utilizan los baños y duchas. No tienen acceso a televisión radio o periódicos y el lápiz y papel está vedado salvo durante 30 minutos a la semana. Los interrogatorios a los que han sido sometidos incluyen torturas y vejaciones como la profanación del Corán y humillaciones sexuales.

En varias ocasiones los detenidos han protagonizado huelgas de hambre para protestar por sus condiciones de detención. Mohammed Al-Amin, mauritano ya liberado, relató como durante una de estas huelgas fue sometido a un régimen de aislamiento. En su celda el aire acondicionado funcionaba al máximo y los guardias le echaban agua para intensificar el frío. Lo amarraban a una silla para alimentarlo a la fuerza con una gruesa sonda que le introducían por la nariz y le hacía sangrar. Lo sobrealimentaban hasta que vomitaba. Una vez terminada la sesión lo devolvían a su celda cubierto por sus propios vómitos, sangre y heces.
A la detención ilegal se sumó también un sistema de juicios que incumplen los principios básicos del derecho internacional. Al no estar los detenidos bajo la jurisdicción de los Estados Unidos, no podían apelar a los tribunales ordinarios de justicia. El congreso de EE.UU. aprobó la ley de Comisiones militares para enjuiciar a los detenidos al margen de toda garantía.
Estos tribunales militares incumplen las normas de un juicio justo aceptando confesiones extraídas bajo tortura y pruebas indirectas, es decir, obtenidas de testigos que no comparecen ante el tribunal además de limitaciones a la defensa y el carácter puramente militar del tribunal que puede dictar sentencias de muerte.

La conciencia del mundo se revuelve
Aunque el gobierno de Estados Unidos trató de ocultar lo más que pudo la realidad de Guantánamo las crecientes protestas de activistas de derechos humanos en todo el mundo consiguieron movilizar a la opinión pública internacional a favor del cierre del centro de detención, opinión que empezó a calar entre personalidades dirigentes y algunos gobiernos de todo el mundo.
Voces desde fuera pero también desde dentro del propio país se posicionaron por el cierre de Guantánamo. El 10 de octubre de 2.007 el expresidentes Jimmy Carter declaró “Por primera vez en mi vida nuestro país ha abandonado el principio básico de los derechos humanos (…) Hemos dicho que podemos torturar a los detenidos y privarlos de libertad sin ser acusados de un delito”. Dos meses antes el exsecretario de estado Colin Powell también declaraba “Si de mi dependiera cerraría Guantánamo esta misma tarde (…) Hemos debilitado la fe que el mundo tenía en el sistema de justicia de Estados Unidos”
Después de numerosas peticiones a finales de 2.005 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU recibió autorización para visitar el centro de detención pero, las limitaciones eran tan grandes, un solo día en el que no podían hablar con los prisioneros, que no se pudo realizar. Esto no impidió que los cinco relatores encargados realizaran un informe en el que criticaban duramente la existencia de Guantánamo. El gobierno de Estados Unidos rechazó los términos del informe aun antes de su aparición. Sus críticas se basaban en dos falsedades. La comisión estaba formada por personas que no formaban parte de la estructura de Naciones Unidas y habían rechazado la invitación para visitar Guantánamo.
Al final del mandato Bush las críticas, incluidas las de sus aliados, eran incontestables. Para aliviar la presión se dieron algunas liberaciones y pasos destinados a maquillar la situación pero fue el nuevo presidente Barak Obama quien el 22 de enero de este año, un día después de su investidura dictó una orden ejecutiva para el cierre de Guantánamo en el plazo de un año. Pocas horas después de su juramento con 44 presidente de Estados Unidos pidió a los jueces militares la suspensión durante 120 días de los procesos en marcha.
Irene Khan Secretaria General de Amnistía Internacional declaró el mismo día “se trata sin duda un paso importante en la buena dirección. Lo fundamental ahora son los detalles del proceso y la celeridad con que ocurra”.

Como acabar con esta barbaridad
En la actualidad se encuentran en Guantánamo 240 detenidos, 60 de los cuales corren peligro de sufrir encarcelamiento y torturas o persecución si regresan a sus países de origen. Ahmed Belbacha recibió el visto bueno para su liberación hace más de un año pero continúa en el Campo 6 donde los presos pasan 22 horas al día encerrados. “Dice que su celda es como una tumba y aunque parezca una locura prefiere permanecer en estas condiciones antes de volver a Argelia” relata su abogado.
Algunos países de la Unión Europea se han ofrecido a acoger presos que sean liberados con ciertas condiciones. EE.UU. ha puesto en libertad a presos que no suponen una amenaza para su seguridad y prevé el juicio de otros por tribunales bajo los términos a considerar por el nuevo gobierno. Pero la dificultad a que se enfrenta la administración Obama es que hacer con las pruebas obtenidas mediante tortura y otros medios irregulares que no son válidas ante tribunales ordinarios. La Convención contra la tortura es clara, las confesiones obtenidas bajo tortura no tienen validez en un juicio.
Queda También en suspense que hará EE.UU. con las personas que, acusadas de terrorismo, sean detenidas a partir de ahora y si la lucha contra esta lacra que azota el mundo se hará con otra orientación y procedimientos.
Al margen de las dificultades de la administración Obama queda la responsabilidad contraída con las personas que detenidas ilegalmente, trasladadas y confinadas al margen de todo procedimiento de derecho y tratadas de forma cruel han quedado marcadas para siempre. La madre de Ruslan Odizhev, ex detenido ruso en Guantánamo dice de su hijo “ Lo ha cambiado, está totalmente enfermo, vive tomando medicinas para sus principales órganos. Intenta no mostrarme y contarme detalles para que no me disguste, no tiene apetito… ya no es la misma persona”
Recuperar la normalidad es difícil. Además de las secuelas de la tortura y el confinamiento en las condiciones descritas, muchos detenidos tienen problemas económicos y dificultades para encontrar empleo. No pocos han tenido que abandonar sus lugares de residencia, el estigma de Guantánamo les persigue. La justicia tiene una deuda con ellos, mecanismos legales existen si alguien se atreve a llevar ante los tribunales a los responsables de este despropósito por muy poderosos que sean y les exige la reparación de sus actos. Igual que se pidió el cierre de Guantánamo, las organizaciones de derechos humanos han comenzado a pedir responsabilidades por lo ocurrido y que esta actitud positiva del gobierno de Obama se extienda a otros puntos negros que la guerra contra el terror tiene extendidos por otros países en forma de cárceles clandestinas y procedimientos inaceptables.
Recuperar la confianza en una justicia internacional maltratada por la administración Bush y sus aliados no será fácil y dependerá de las posibilidades que se le den para actuar en términos de igualdad en la aplicación del derecho internacional sin importar cuan poderoso sea el responsable de las transgresiones cometidas durante estos siete años.

De este horror nos quedan testimonios para la memoria como la película escrita y dirigida por Michael Winterbottom y Mat Whitecross Camino a Guantánamo. Pero el testimonio más valioso es sin duda Poemas desde Guantánamo.
A pesar de las dificultades muchos detenidos recurrieron a la poesía para expresar su angustia, ideas y sentimientos. Escribían con pasta de dientes o en vasos de poliestireno que pasaban de celda en celda. El ejército de Estados Unidos se ha negado a que gran parte de los poemas salgan a la luz alegando que suponen un peligro especial para la seguridad nacional. De todas formas Marc Falkoff, representente legal de 17 detenidos ha reunido en un libro 22 de estos poemas. Jumah al Dossari recluido durante más de cinco años duarante los cuales intentó suicidarse en doce ocasiones escribe este poema

LA MUERTE

Tomad mi sangre
Tomad mi mortaja y
los restos de mi cuerpo
Fotografiad mi cadáver en la tumba, solo.

Y mandad los fotos al mundo,
A los jueces y a las personas
Con conciencia limpia.
Mandadlas a quienes tienen principios,
A los justos.

Que ellos carguen con la culpa,
Ante el mundo,
Por este alma inocente.

Que ellos carguen con la culpa,
Ante sus hijos y ante la historia,
Por este alma malgastada y limpia,
Por este alma torturada a manos de
Los “protectores de la paz”

Jumah al Dossari

Para no cargar con esta culpa habrá que conseguir cerrar esta página de la historia lo más rápido posible y que el portazo se oiga en todo el mundo para que caigan todos los guantánamos que aun existen.

Fernando Armendáriz

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